La larga espera para sobrevivir al COVID-19 o ser enterrado en México

La larga espera para sobrevivir al COVID-19 o ser enterrado en México

febrero 2, 2021 0 Por admin

El aumento de las defunciones es escalofriante, con 32 mil 593 solo en enero, el mes más mortal por el COVID-19; la situación desborda hospitales, funerarias, cementerios y crematorios

Cuando Miguel enfermó de COVID-19 en México, a finales de diciembre, comenzó un viacrucis para su familia, que tuvo que buscarle frenéticamente oxígeno y cama en un hospital y luego esperar varios días para cremarlo.

El aumento de las defunciones es escalofriante, con 32 mil 593 solo en enero, el mes más mortal de la pandemia. La situación desborda hospitales, funerarias, cementerios y crematorios.

Una doctora “nos pide que vayamos a conseguir oxígeno y ahí empieza la travesía”, cuenta una nieta del hombre de 78 años, fallecido el 4 de enero, quien pidió cambiar el nombre de su abuelo por privacidad.

Desde ese momento, los familiares batallaron para encontrar cupo hospitalario, pagaron sobreprecio por el traslado en ambulancia y, cuando murió Miguel, pasaron a una lista de espera para poder cremar sus restos.

“Nos decían que (el abuelo) estaba en la fila, por todas las personas que ya fallecieron y habían comprado el servicio, que había muchísimas personas”, relata la nieta, de 32 años.




Ese día habían muerto en el país otras mil 064 personas, así que la funeraria les notificó: “tienen que esperar”, recuerda la mujer. Miguel finalmente fue cremado el 8 de enero.

México, de 126 millones de habitantes, acumula 159 mil 100 decesos por COVID-19. Entre enero y agosto de 2020, el exceso de mortalidad fue del 38% respecto al mismo periodo del año anterior, según cifras oficiales.

Es el tercer país más enlutado por la epidemia en números absolutos y el decimonoveno en muertes por 100 mil personas. Se suman 1.8 millones de contagios, incluido el del Presidente, Andrés Manuel López Obrador.




Apocalíptico, esperar para cremar a un fallecido por COVID-19
Roberto García, líder gremial y director comercial de la funeraria Olimpia, en Ciudad de México, dice que en promedio están pasando ocho días entre el fallecimiento y la cremación.

Antes de la pandemia, la espera máxima era de 24 horas, cuenta García, luego de que su equipo se encargue del ataúd envuelto en plástico de una víctima del coronavirus.

A sus espaldas, un pizarrón señala los nombres de los difuntos que esperan ser recogidos al día siguiente en los centros médicos.

Mientras el crematorio asigna turno, los cadáveres pueden permanecer en el hospital, pero ante el riesgo de saturación algunas funerarias los llevan a sus instalaciones refrigeradas.