EE. UU. refuerza su presencia militar en Oriente Medio ante la tensión con Hizbolá

Miles de soldados y escuadrones de cazas son enviados para proteger a Israel y garantizar la seguridad de sus tropas

Estados Unidos ha decidido aumentar su despliegue militar en Oriente Medio en respuesta a la reciente escalada de tensiones con Hizbolá, señalando que no anticipa una invasión total de Israel al Líbano, pero está tomando medidas para proteger a sus tropas y a su aliado. Fuentes de inteligencia y del Departamento de Defensa han indicado que la incursión terrestre israelí, que comenzó en la madrugada del 1 de octubre, será de carácter limitado.

El Pentágono ha ordenado el envío de entre 2,000 y 3,000 soldados adicionales a la región, además de la movilización de escuadrones de cazas F-15, F-16, F-22 y A-10, lo que refuerza significativamente la capacidad aérea de EE. UU. en la zona. Actualmente, ya hay 40,000 efectivos estadounidenses en países como Irak, Siria, Bahrein y Arabia Saudí. La Casa Blanca está evaluando si se requieren más recursos en función de la evolución de la situación.

Además, EE. UU. mantiene dos portaaviones en la región: el USS Abraham Lincoln, que ampliará su misión en el Golfo de Omán, y el USS Harry S. Truman, que se dirige al Mediterráneo tras haber salido de su base en Norfolk, Virginia.

El Departamento de Defensa se inclina hacia la idea de una “operación limitada” por parte de Israel, aunque no está claro qué implicará exactamente esta operación, que podría incluir el uso de artillería en la frontera sur del Líbano o una incursión más profunda en la cuenca del río Litani. El objetivo principal de Israel, según información compartida con sus aliados, es localizar y destruir las posiciones de Hizbolá que han lanzado cohetes hacia el norte de Israel.

El aumento de la presencia militar estadounidense se justifica, en parte, por la preocupación sobre la influencia de Irán en la región. El secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, advirtió a Teherán que cualquier ataque a personal o intereses estadounidenses en la región provocará una respuesta contundente por parte de EE. UU.

La situación se complica tras la muerte de Hassan Nasrallah, líder de Hizbolá, lo que ha alterado las dinámicas de poder y precipitado acciones defensivas y ofensivas entre los actores clave. La semana pasada, EE. UU. y Francia intentaron establecer un alto al fuego en la ONU, pero Israel optó por continuar sus operaciones, resultando en el asesinato de uno de sus principales enemigos en décadas.