Guatemala enfrenta las temperaturas más altas en 30 años

Alcanzando récords de calor, preocupación por efectos en la agricultura y la población

Durante el mes de marzo, Guatemala experimentó temperaturas de hasta 44 grados centígrados, marcando un hito que no se veía en los últimos 30 años en el país, igualando registros alcanzados en 1988 y 1991, según informaron fuentes oficiales este lunes.

El meteorólogo César George, del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), describió este calor como “inusual” y “preocupante”. El 27 de marzo, en la zona de La Fragua, ubicada en el departamento de Zacapa, se alcanzó la máxima de 44 grados, a 150 kilómetros de la capital.

Este fenómeno se atribuye al impacto del fenómeno de El Niño, que está generando un calentamiento sin precedentes en el océano Atlántico, el Golfo de México y el Caribe, según explicó George.

Las altas temperaturas récord no solo han afectado a La Fragua, sino que también han golpeado el sur y centro de Guatemala, con máximas de hasta 35 grados registradas el 2 de abril.

En la Ciudad de Guatemala, los efectos se han sentido en los precios de productos agrícolas como sandías, bananos, limones y otros alimentos de la temporada. La Terminal, la central de abastos más grande del país, ha visto cómo los precios se ven afectados por estas condiciones climáticas extremas.

Un aspecto novedoso de estas altas temperaturas es que los picos no se han presentado durante el mediodía, como es común, sino entre las tres y cuatro de la tarde. George explica que esto se debe a la falta de viento, provocada por el calentamiento acelerado del océano Atlántico.

Los pronósticos oficiales indican que entre mayo y junio de este año, la temporada de lluvias debería estabilizar la temperatura del país, gracias al fenómeno de La Niña, que se caracteriza por un enfriamiento en la zona ecuatorial del Pacífico, iniciando desde las costas de Perú.

Estas temperaturas históricas se presentan después de un 2023 que fue catalogado como el año más caluroso de todos los tiempos, según registros de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La situación plantea desafíos significativos para la agricultura y la población guatemalteca, que enfrenta el impacto directo de estas condiciones extremas en su vida diaria.