Veterano de la Unidad 731 pide perdón en Harbin por crímenes de guerra

Hideo Shimizu, a los 94 años, regresa a la ciudad china para reconocer las atrocidades cometidas hace 79 años

En un acto conmovedor y sorprendente, Hideo Shimizu, un veterano de la infame Unidad 731 del Ejército Imperial Japonés, ha regresado a Harbin, China, para pedir perdón por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Shimizu, de 94 años, fue uno de los jóvenes cadetes destinados en el campo de concentración en Manchuria, conocido por sus atroces experimentos de guerra biológica y química.

La Unidad 731, establecida en Harbin, realizó experimentos inhumanos que incluyeron la inyección de patógenos letales en prisioneros, disecciones en vida, y pruebas de armas químicas y biológicas. Se estima que alrededor de 12,000 personas murieron en estos experimentos, que también incluían violaciones forzadas y exposiciones a armas de destrucción masiva.

El retorno de Shimizu a Harbin, 79 años después de su partida, ha sido ampliamente cubierto por la prensa china. En su visita, el anciano ha reconocido las atrocidades cometidas por su unidad y ha hablado sobre su experiencia en el desarrollo y prueba de armas biológicas. Shimizu, que trabajó en el laboratorio de patógenos de la Unidad 731, ha descrito su participación en el estudio de enfermedades y el cultivo de patógenos.

Este acto de arrepentimiento llega después de que Japón reconociera en 1998 la existencia de la Unidad 731, aunque el reconocimiento oficial fue tardío. Las revelaciones de Shimizu sobre los horrores que presenció provocaron críticas en Japón, especialmente por parte de grupos de extrema derecha que niegan los crímenes de guerra. Mientras tanto, en China, el acto de Shimizu ha sido visto como un paso hacia la reconciliación y un recordatorio de los atroces crímenes cometidos durante la ocupación japonesa.

El regreso de Shimizu a Harbin también coincide con la conmemoración del aniversario de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, un evento que en Japón se recuerda con ceremonias en el santuario de Yasukuni, un lugar controvertido por albergar los restos de varios oficiales del ejército imperial.