Sin una pierna, pero con todo el coraje: Fernando escala montañas tras vencer al cáncer

Sin una pierna, pero con todo el coraje: Fernando escala montañas tras vencer al cáncer

septiembre 19, 2024 Desactivado Por admin

De la amputación a la cima: el impresionante viaje de Fernando a las alturas más desafiantes del mundo

A los 13 años, Fernando Hernández enfrentó un diagnóstico devastador que cambiaría su vida para siempre: osteosarcoma en el fémur izquierdo, una forma agresiva de cáncer de hueso. Lo que siguió fueron meses interminables de quimioterapias y tratamientos que, lamentablemente, no surtieron efecto. Los médicos, ante la amenaza de la expansión de la enfermedad, tomaron la dolorosa decisión de amputarle la pierna. A esa corta edad, perder una extremidad parecía el fin de muchas cosas, pero para Fernando, fue solo el inicio de una vida llena de retos y victorias.

“Me amputaron la pierna cuando tenía 13 años, fue uno de los momentos más difíciles de mi vida”, recuerda Fernando. “Pero estar rodeado de las personas que me aman, de quienes me apoyaron durante todo el proceso de las quimioterapias, me ayudó a encontrar fuerzas y tomar conciencia de lo que estaba pasando”. Aunque muchos en su lugar habrían sentido que el mundo se les venía abajo, Fernando decidió no dejarse vencer por la adversidad.

Ahora, a sus 19 años, Fernando no solo ha aprendido a convivir con su prótesis, sino que ha ido mucho más allá: ha escalado algunas de las montañas más desafiantes del mundo. Entre ellas se destaca el Huayna Potosí en Bolivia, ubicado a más de seis mil metros sobre el nivel del mar. Este impresionante ascenso, que pocos logran realizar, se ha convertido en uno de sus mayores logros, y un símbolo de su resiliencia.

El camino hacia las montañas

La vida de Fernando cambió nuevamente cuando conoció a David Eliseo, un miembro de la fundación “Cimas por la Esperanza”, una organización dedicada a apoyar a jóvenes sobrevivientes de cáncer a través del montañismo. Inspirado por otros chicos que, al igual que él, habían enfrentado esta enfermedad, Fernando decidió unirse a la causa. “Cuando David me habló del proyecto, supe que tenía que hacerlo. Era la manera perfecta de demostrarme a mí mismo que aún podía lograr grandes cosas”, cuenta Fernando con entusiasmo.

El ascenso al Huayna Potosí fue, sin duda, un reto mayor. “Es una montaña hermosa, pero muy exigente”, describe. Antes de partir hacia Bolivia, Fernando y sus compañeros se sometieron a un intenso entrenamiento físico y mental en México. Aunque ya estaba acostumbrado a superar límites, este desafío fue algo completamente nuevo. “Nos preparamos en gimnasios y con ejercicios especializados, pero nada te prepara completamente para lo que enfrentamos allá arriba”.

La expedición a la cumbre duró tres días, y aunque algunas partes de la montaña son más accesibles, hubo momentos en los que Fernando sintió que no podría continuar. “El cansancio era extremo, y el dolor físico a veces era insoportable”, admite. Sin embargo, no estaba solo. “Mis compañeros de equipo fueron una parte fundamental de este logro. Sin ellos, no habría llegado a la cima”. En la montaña, no solo compartían el esfuerzo, sino también la motivación. Cada paso que daban juntos los acercaba más a la cima y a una victoria personal que trascendía la simple hazaña deportiva.

Superar barreras que parecían infranqueables

Para Fernando, el montañismo se ha convertido en una nueva forma de vida. “Creo que nací para esto”, dice con una sonrisa que refleja la determinación que lo ha llevado tan lejos. A través de este deporte, ha descubierto que aún con una prótesis, y después de haber pasado por una enfermedad tan dura como el cáncer, es posible seguir adelante, enfrentar nuevos retos y, lo más importante, disfrutar cada momento.

“Siempre hay vida después del cáncer”, asegura con convicción. Su mensaje es claro: nunca rendirse, incluso cuando las circunstancias parecen insuperables. A quienes están pasando por momentos difíciles, Fernando les ofrece un consejo desde el corazón: “No importa lo duro que sea el camino, siempre hay algo más por lo que luchar. No se rindan, porque la vida después del cáncer puede ser más hermosa de lo que jamás imaginaron”.

Hoy, Fernando sigue participando activamente en proyectos de escalada y continúa inspirando a otros a través de su historia. Su meta es seguir superando montañas, no solo las físicas, sino también aquellas que la vida ponga en su camino. Con el apoyo de su familia, de sus amigos y de fundaciones como Cimas por la Esperanza, Fernando ha demostrado que los límites solo están en nuestra mente, y que con determinación y coraje, se puede llegar a la cima, sin importar los obstáculos.