Policías municipales sometidas por el crimen organizado
diciembre 15, 2024Redes delictivas controlan fuerzas de seguridad locales en estados clave de México.
En diversas regiones de México, las policías municipales se encuentran bajo el mando del crimen organizado, involucradas en secuestros, extorsiones, desapariciones forzadas y homicidios. Mal preparadas y con bajos salarios, estas corporaciones son fácilmente infiltradas por grupos delictivos que coaccionan a gobiernos municipales con armas o dinero. En algunos casos, incluso han intervenido en procesos electorales, favoreciendo a candidatos que después obedecen sus órdenes bajo amenazas.
Entre junio y noviembre de este año, alrededor de 40 funcionarios y agentes municipales de estados como Colima, Guerrero y el Estado de México fueron detenidos por vínculos con organizaciones criminales. Entre ellos destaca Germán Reyes, jefe de policía en Chilpancingo, acusado de ordenar el asesinato del alcalde Alejandro Arcos Catalán días después de su toma de posesión. En noviembre, la Operación Enjambre reveló nexos similares en el Estado de México, donde 22 agentes de 12 municipios están siendo procesados por delitos como homicidio y secuestro.
Casos recientes, como la implicación de policías de Huitzilac, Morelos, en el secuestro de Zahie Téllez, jueza de MasterChef Celebrity 2024, o la profunda infiltración criminal en Chiapas, reflejan la gravedad del problema. Alfonso Partida Caballero, experto en seguridad de la Universidad de Guadalajara, considera que las policías municipales deben desaparecer o transformarse, argumentando que son ineficaces frente al crimen organizado. Propone un modelo centralizado, como en España o Colombia, donde fuerzas estatales y nacionales enfrentan estas amenazas.
La infiltración no sólo afecta a las policías. En estados como Jalisco, Guerrero y Zacatecas, se ha detectado la participación de autoridades locales en actividades delictivas, incluyendo extorsiones y desapariciones. Incluso se ha documentado cómo grupos criminales designan a directores de policía y funcionarios clave en los ayuntamientos para controlar áreas estratégicas como obra pública y licencias.
La falta de una estrategia integral que debilite las estructuras económicas del crimen organizado permite que estas organizaciones amplíen su control territorial, superando en número y poder a las corporaciones municipales. Mientras tanto, la vulnerabilidad de las policías locales continúa siendo una de las mayores debilidades en la lucha por la seguridad en el país.