Multiplicación in vitro de maguey impulsa el mezcal sustentable

Destilerías apuestan por una producción en armonía con el medio ambiente

La Universidad Autónoma de Chapingo, a través de su Centro Regional Universitario Sur, está liderando un proyecto clave para revitalizar los campos oaxaqueños y dar un respiro al cultivo de maguey espadín, predominante en la producción de mezcal. El profesor investigador Efraín Paredes ha implementado un innovador método de micropropagación en más de 20 especies de maguey distintas al espadín, con el objetivo de rescatar y multiplicar otras variedades.

Este proceso de micropropagación permite la multiplicación masiva de las plantas en laboratorio y se inicia con la selección de hijuelos de maguey en el campo. Tras ser limpiados y desinfectados, los hijuelos son introducidos en frascos que se mantienen a temperaturas controladas durante varios meses. Posteriormente, se trasladan a invernaderos para aclimatarlos y, finalmente, se llevan a viveros donde continúan su desarrollo. Este método, ya utilizado en cultivos como el plátano, el café y las orquídeas, es pionero en el caso de los agaves.

A lo largo de una década, la Universidad de Chapingo ha rescatado especies endémicas de agave como el tobalá, cuishe, verde y sierra negra, que ahora crecen bajo condiciones controladas en más de 50 hectáreas en el municipio de Zimatlán de Álvarez, Oaxaca. Estas especies, muchas veces difíciles de cultivar, han encontrado un nuevo impulso gracias al proyecto Maguey – Mezcal, que ha sido adoptado por destilerías como Los Danzantes, las cuales promueven una producción artesanal y respetuosa con el medio ambiente.

A nivel global existen 214 especies de agave, de las cuales 176 se encuentran en México. En Oaxaca, se cultivan al menos 60, pero el espadín sigue siendo el más utilizado, representando más del 86% de la producción nacional de mezcal en 2023. Con la micropropagación, Chapingo está preservando la diversidad de magueyes y garantizando su reproducción sustentable, haciendo que especies como el sierra negra, que son difíciles de cultivar, puedan seguir siendo parte de la tradición mezcalera del país.