La taxista rusa que va contra la corriente
febrero 8, 2021“No es una profesión masculina”, comparte Svetlana al referirse a los estereotipos sobre su trabajo
La rusa Svetlana trabaja como conductora de taxi desde hace tres años y está muy contenta. “No es una profesión masculina, aunque los hombres la hayan monopolizado”, asegura mientras maneja el volante de un Hyundai Solaris ataviada con una cazadora y un gorro de punto con pompón, y, cómo no, una mascarilla protectora.
Rusia tiene cerca de un centenar de profesiones prohibidas para las mujeres después de reducir esa lista de un total de 456 oficios.
Ser taxista no es una de ellas, pero sigue siendo una especie de tabú para las mujeres en este país.
Un trabajo seguro y que nunca falta
“Muchas creen que es un trabajo peligroso, pero no es así. Yo no he tenido ningún incidente en todo ese tiempo”, dice mientras cruza Moscú de Norte a Sur.
Hay tiempo; conducir por la ciudad en un día laborable suele convertirse en una odisea, y Svetlana cuenta su historia para hacer más llevadera la espera en los largos atascos.
Hace tres años trabajaba como comercial en una empresa y se veía obligada a recorrer Moscú cada día para encontrarse con los clientes de su firma.
“Fue entonces cuando pensé que podía ganarme un dinero extra si compaginaba ese trabajo con el de taxista, pero dos semanas después de que empezara a hacerlo, cerraron mi empresa y me puse al volante a tiempo completo”, recuerda.
Entre las ventajas de ser conductora de taxi, Svetlana menciona el horario cómodo y la ausencia de un jefe que te vigila constantemente.