Escándalo sexual sacude a la Iglesia Anglicana y pone en jaque a su liderazgo

El arzobispo de York enfrenta presiones por proteger a un sacerdote acusado de múltiples abusos.

Un nuevo escándalo golpea a la Iglesia Anglicana, esta vez con graves acusaciones contra el sacerdote David Tudor, quien enfrenta señalamientos por al menos siete casos de abuso a niñas y mujeres. La controversia involucra directamente al arzobispo de York, Stephen Cottrell, señalado por no haber tomado medidas contundentes contra Tudor mientras era obispo de Chelmsford, a pesar de conocer antecedentes de abusos y compensaciones a las víctimas.

Cottrell, quien debería asumir temporalmente el liderazgo de la Iglesia Anglicana tras la renuncia de Justin Welby, ahora enfrenta pedidos de dimisión por parte de varios miembros de la alta curia, incluida la obispa de Newcastle, Helen-Ann Hartley, quien cuestiona su autoridad moral para liderar la institución. La posible renuncia de Cottrell podría desatar una crisis de liderazgo sin precedentes en la Iglesia, con un vacío de poder que podría prolongarse por meses.

David Tudor, un sacerdote con 46 años de trayectoria, admitió recientemente su culpabilidad en dos casos de abuso a niñas cometidos décadas atrás. Sin embargo, durante años logró mantener su posición dentro de la Iglesia, incluso ocupando roles de alta responsabilidad, gracias a su carisma y popularidad. A pesar de prohibiciones eclesiásticas y condenas judiciales, Tudor continuó ejerciendo bajo restricciones que, según las víctimas, fueron insuficientes para protegerlas.

El caso ha reavivado críticas hacia la gestión de abusos dentro de la Iglesia Anglicana, que ya enfrentaba el impacto de la dimisión de Welby por su implicación en otro escándalo. Las víctimas y sus defensores denuncian un patrón sistemático de encubrimientos y privilegios otorgados a clérigos acusados de abuso, lo que pone en duda el compromiso de la institución con la justicia y la transparencia.