El “rey” de las casas embrujadas en Hong Kong: un negocio en la sombra

Wu Guanliu lleva 20 años comprando propiedades en las que ocurrieron crímenes o suicidios, aprovechando las supersticiones locales

Wu Guanliu, un inversor inmobiliario de 73 años, ha hecho una fortuna comprando y vendiendo inmuebles que otros consideran malditos. En Hong Kong, donde las supersticiones sobre los espíritus y los fantasmas son profundas, los apartamentos donde han ocurrido muertes violentas —por suicidio, asesinato o accidente— son conocidos como *hongza*, y suelen ser rechazados por los compradores locales.

Desde 1993, Wu ha adquirido más de 200 de estas propiedades, muchas de ellas con un descuento de entre el 30% y 50%. Para él, las supersticiones que espantan a los compradores locales representan una oportunidad de negocio. Aprovechando el temor generalizado a los espíritus de los muertos violentos, Wu compra estas viviendas a precios bajos y luego las revende, a menudo a expatriados o migrantes que no comparten la misma aversión cultural.

Uno de sus negocios más lucrativos ocurrió en 2010, cuando compró un apartamento en el que una persona se había quemado a lo bonzo y otra se había ahorcado. Lo adquirió por un millón de dólares hongkoneses y, ocho años después, lo vendió por cinco millones más.

El peculiar negocio de Wu ha prosperado en el costoso mercado inmobiliario de Hong Kong, donde los precios son astronómicos. Mientras la mayoría de los habitantes se rehúsan a vivir en estos lugares por temor a los espíritus, Wu ha sabido aprovechar la demanda entre quienes no están influenciados por las creencias locales, haciendo de los “pisos embrujados” su imperio personal.