“Adrián Alcalá Méndez asume la Presidencia del Inai entre Controversias y Compromisos”

 “Elección marcada por señalamientos y descontento interno, el nuevo presidente promete cero tolerancia a prácticas indebidas”

En medio de críticas y señalamientos de opacidad y corrupción, Adrián Alcalá Méndez ha sido elegido como el nuevo presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información, y Protección de Datos Personales (Inai). La sesión extraordinaria que definió su elección estuvo marcada por el descontento de algunos comisionados, evidenciando tensiones internas.

Con dos votos a favor de la comisionada presidenta saliente, Blanca Lilia Ibarra, y la comisionada Josefina Román, y un voto en contra de la comisionada Norma Julieta del Río, Adrián Alcalá logró la mayoría para asumir la presidencia del organismo. Este proceso estuvo precedido por denuncias de irregularidades y falta de solvencia ética por parte de algunos comisionados, especialmente de Norma Julieta del Río.

En su discurso de aceptación, Alcalá Méndez destacó su compromiso con la unidad interna y la defensa del Inai. Aseguró que durante su presidencia habrá “cero tolerancia a aquellas prácticas de acoso laboral, acoso sexual, y a actividades que falten a la tolerancia y a la ética”. También mencionó su intención de trabajar por una institución transparente y comprometida con el servicio público.

La comisionada Norma Julieta del Río, quien no avaló la elección, previamente había expresado preocupaciones sobre la opacidad y la falta de atención a denuncias internas dentro del Inai. Este proceso de elección es parte de los esfuerzos por completar el número mínimo de comisionados para sesionar según lo establece la Constitución, ya que desde abril el Inai no ha podido resolver demandas ciudadanas debido a la falta de quórum.

La elección de Alcalá Méndez se da en un contexto de críticas por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha cuestionado la utilidad del Inai y ha señalado los altos salarios de sus funcionarios. La nueva administración enfrenta el reto de restablecer la confianza en el organismo y garantizar su eficacia en la protección de datos y el acceso a la información.