Bombardeo israelí en Gaza deja al menos 109 muertos, incluidos 25 niños

La crisis humanitaria se agrava mientras la ayuda se encuentra bloqueada.

Un ataque aéreo israelí en Beit Lahiya, al norte de Gaza, ha dejado al menos 109 palestinos muertos, entre ellos 25 niños, mientras que decenas de personas siguen desaparecidas bajo los escombros de un edificio residencial de cinco plantas que albergaba a familias desplazadas. Este trágico episodio se produce en un contexto de creciente violencia y desplazamiento forzado, ya que la población ha sido empujada hacia el sur del enclave debido a la intensificación de los ataques israelíes, que han causado más de mil muertes en las últimas tres semanas.

La situación en la zona es crítica, con escasos recursos de emergencia disponibles. La infraestructura ha quedado devastada, y muchos rescatistas han sido detenidos por las fuerzas israelíes, lo que ha llevado a que civiles desplazados asuman la ardua tarea de retirar escombros. Según el Ministerio de Salud de Gaza, las condiciones en el hospital Kamal Adwan, que recibió a los heridos del bombardeo, son alarmantes. Este centro ya había sido atacado anteriormente, resultando en la detención de varios de sus médicos, dejando solo a tres para atender a una población necesitada.

El director del hospital, Hossam Abi Safia, ha denunciado la situación como una “guerra de exterminio” contra los civiles y el sistema sanitario en el norte de Gaza, advirtiendo que muchos heridos han fallecido esperando atención médica. La creciente demanda de servicios médicos ha llevado a Abi Safia a solicitar urgentemente la llegada de nuevo personal médico y ambulancias a la región.

Además, el ataque de hoy se suma a una serie de bombardeos dirigidos a instalaciones de acogida para desplazados, lo que ha dejado un saldo de 188 muertes en el último mes, según el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos. A su vez, el gobierno israelí ha aprobado una ley que prohíbe las actividades de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, cortando la coordinación necesaria para entregar ayuda humanitaria en Gaza y Cisjordania. Esta nueva normativa ha suscitado una condena internacional, incluyendo advertencias de Estados Unidos y Europa sobre las “graves consecuencias” de tal prohibición.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha subrayado la falta de alternativas viables para suplir el trabajo de la UNRWA en un momento crítico, donde la población enfrenta condiciones de hambruna y crisis sanitaria debido al prolongado conflicto. En respuesta a estas acciones, el presidente del Consejo Nacional Palestino ha exigido la expulsión de Israel de la ONU si no revoca la ley. La situación en Gaza sigue deteriorándose, y la comunidad internacional observa con creciente preocupación.