Los devastadores incendios forestales en Brasil amenazan la Amazonía con décadas de destrucción
octubre 26, 2024La reciente ola de incendios ha quemado un área del tamaño de Suiza, complicando la recuperación de un ecosistema vital.
Los incendios forestales en Brasil han causado una devastación sin precedentes, arrasando un área equivalente al tamaño de Suiza y dejando un impacto que podría tardar décadas en recuperarse, si es que se logra. Esta alarmante evaluación, basada en datos satelitales, ha surgido tras el levantamiento de una densa cortina de humo que había cubierto el país debido a la peor sequía registrada en su historia.
Entre enero y mediados de octubre de 2024, el área quemada ha aumentado un 846% en comparación con el mismo periodo de 2023, superando en cinco veces la extensión de los incendios forestales de 2019, un año que ya había suscitado preocupaciones globales por la destrucción de la Amazonía. La información fue proporcionada por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, que realiza un seguimiento de la deforestación.
La situación ha llevado a expertos a sospechar que grupos criminales están utilizando el cambio climático como una oportunidad para expandir sus actividades ilegales. La deforestación suele comenzar con la tala de árboles, pero en este caso, los infractores están aprovechando la sequía para iniciar incendios con gasolina, evitando el costo de la tala.
La sequía ha debilitado la resiliencia del bosque, según André Lima, del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático. En un contexto donde la cuenca amazónica ha sufrido condiciones climáticas extremas, muchos ríos han alcanzado niveles históricamente bajos, afectando la fauna y las comunidades ribereñas. En septiembre, los incendios se intensificaron, duplicando la superficie quemada en comparación con meses anteriores, y ahora se registra el mayor área afectada en una década.
La devastación ha llevado al gobierno brasileño a considerar la reforestación de las áreas quemadas como una medida disuasoria para los acaparadores de tierras que buscan transformar el bosque público en pastos privados. Sin embargo, se requieren cambios estructurales en las políticas para abordar la crisis de manera efectiva.
El impacto de estos incendios no solo afecta a la Amazonía, sino que también contribuye a la crisis climática global. Un estudio reciente indicó que las emisiones de carbono de incendios forestales han aumentado un 60% entre 2001 y 2023. La propagación del fuego en la Amazonía, que se alimenta principalmente de la hojarasca, causa daños significativos, a menudo transformando ecosistemas enteros en paisajes degradados.
A pesar del aumento de los incendios, la tasa de deforestación en 2024 parece haber disminuido bajo la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, con una reducción estimada del 60% en comparación con los años de gobierno de Jair Bolsonaro. Sin embargo, esta cifra no refleja completamente el daño que han sufrido los bosques este año, con muchas áreas afectadas que ahora son frágiles y propensas a la destrucción adicional. La posibilidad de otra temporada de sequía intensa y más incendios podría llevar a un colapso irreversible de estos ecosistemas vitales.