Disturbios exacerban la crisis de capacidad en prisiones inglesas
agosto 19, 2024El gobierno de Keir Starmer activa un protocolo de emergencia ante la falta de celdas disponibles
El Ministerio de Justicia británico ha puesto en marcha un protocolo de emergencia debido a la saturación de las prisiones en Inglaterra y Gales, provocada por los recientes disturbios. La denominada Operación Amanecer Temprano comenzó a implementarse en las regiones más afectadas, donde la violencia ha aumentado tras el brutal apuñalamiento múltiple en Southport el pasado 29 de julio, que dejó tres niñas muertas y 11 heridos. Desde entonces, más de un millar de personas han sido detenidas, y al menos 474 han sido acusadas de delitos que podrían resultar en penas de prisión.
El protocolo de emergencia busca coordinar las distintas ramas del sistema judicial para gestionar la asignación de celdas según la disponibilidad diaria, evitando así un colapso en las prisiones. Según el secretario de Estado de Prisiones, James Timpson, esta medida es necesaria para mantener la operatividad del sistema judicial en un momento crítico. Además, el Consejo de Jefes de la Policía Nacional ha asegurado que se seguirán efectuando detenciones para garantizar la seguridad pública.
La red de prisiones en Inglaterra y Gales, que ya estaba al borde de la saturación con más de 87.999 reclusos en marzo, enfrenta ahora un desafío mayor debido a la reciente ola de violencia. El gobierno laborista de Keir Starmer ha intentado aliviar la presión reduciendo el porcentaje mínimo de una sentencia que debe cumplirse en prisión, de un 50% a un 40%, aunque esta medida, que se aplicará a partir de septiembre, excluye a los condenados por delitos graves.
Mientras tanto, el primer ministro ha viajado a Irlanda del Norte, otra región afectada por la violencia reciente, para abordar la situación de los negocios, centros comunitarios y hoteles vinculados con minorías étnicas y refugiados que han sido atacados. Con una densidad de población reclusa que supera a la de cualquier otra región europea, Inglaterra y Gales se encuentran en un momento crítico en su sistema penitenciario.