Con el apoyo de su familia, el taekwondoín jalisciense sortea cualquier obstáculo para convertirse en un histórico para el deporte mexicano

Guillermo Cortés Labastida no sólo es un histórico del deporte en Jalisco, sino que también lo es para el deporte mexicano.

Hace unos días el joven jalisciense se convirtió en el primer taekwondoín en ser bicampeón mundial en cualquier categoría, tras vencer al ucraniano Kiril Silverkuznietsov y obtener el segundo oro de manera consecutiva en el Campeonato Mundial de Cadetes.

“Kato”, como es conocido entre sus amigos y familiares, tuvo que enfrentarse a rivales un poco más fuertes o corpulentos que él, ya que, como desdescribe su madre, la señora Elena Labastida, llegó cuatro kilos por debajo del promedio de la categoría en la que peleó.

“La preparación que él ha tenido ha servido mucho, sobre todo para poderse adaptar en las categorías en las que peleó. La categoría de Guillermo era de una estatura de 1.68 metros con un peso mínimo de 45 kilos y un máximo de 59; él llegó pesando 54. Le tocó enfrentarse a muchachos de otros países que se veían enteros, de 59 kilos, y él se pudo adaptar a la velocidad y fuerza que tiene para solventar las diferencias”, dijo la señora Labastida.

Memo se dijo muy contento con este logro obtenido, el cual ha dedicado a las personas más importantes de su vida. Además de reconocer que el entrenar con su papá, el señor Carlos Cortés, le ha ayudado mucho para forjar su carácter y alcanzar estas metas establecidas.